Hace muchos años, los calendarios calentitos estaban protagonizados por actrices, modelos, etc. que posaban como trabajo para una firma, empresa, grupo o lo que fuera, pero de un tiempo a esta parte parece que todo el mundo se está apuntando a la moda de los calendarios, ya se ha convertido en una práctica habitual.
Tenemos, sin contar los de siempre –chicas, paisajes, pinturas, etc.-, calendarios del cuerpo de bomberos –muy cotizados estos-, de equipos de baloncesto, de fútbol y un largo etcétera.
Hace una semana, más o menos, vi en el telediario la noticia de un calendario que habían hecho unos médicos italianos de un hospital que salían en calzoncillos mientras reconocían a sus pacientes vestidos.
El otro día se armó un gran revuelo por un calendario que ha hecho la compañía aérea RyanAir en el que las protagonistas son sus azafatas. Según una asociación de consumidores española y el instituto de la mujer, dicho calendario humilla a las mujeres y quebranta la ley. Personalmente me siento extrañado, pues no veo diferencia entre esos calendarios y la mayor parte de anuncios publicitarios en que la mujer interviene en condiciones similares, si no peores, y ahí no dicen nada.
Y ahora resulta que el último en salir ha sido el calendario del Vaticano. Sí, han leído bien, el estado representante de Dios en la Tierra. Por un módico precio de 10 euros se puede pedir vía email y recibirlo en casa si es que no se ha agotado ya. Parece que el año pasado ya tenían calendario y fue todo un éxito, pues sus 40.000 ejemplares se agotaron enseguida. Pero no vayan a creer que es un calendario de iglesias o imágenes de santos, no, ni hablar, nada de eso. Y lo más importante, tampoco atenta contra la dignidad de las mujeres, más bien diría que va dirigido a ellas en vista de los 12 macizos sacerdotes y seminaristas que bien podrían estar desfilando en una pasarela.
Indudablemente, no podemos pensar que porque los representantes de Dios para millones de fieles en este planeta hagan calendarios de chicos es por mandato divino. Quizás están intentando pescar parte de los peces que se han salido de sus redes y de paso recaudar algo de dinerito, que siempre va bien.
No, no creo que Dios se dedique a hacer calendarios, pero tampoco creo que vaya por ahí condenando a nadie. Creo que en su inmenso amor nos da todas las opciones para que descubramos cual es nuestro camino, y cada cual va transitando el suyo…
Como diría Quijote: ¡Con la iglesia hemos topado, amigo Sancho!
2 comentarios:
Es verdad, con la iglesia hemos topado. Pero para mi hay una palabra que define muy bien estas cosas, y es: hipocresía. Se permiten cuestionar, juzgar y condenar a otros por hacer lo que ellos mismos hacen (no solo calendarios). Eso si siempre encuentran la manera de hacerlo escudandose en la palabra y el nombre de Dios.
Te preguntas porque no han sacado a monjitas, y yo me pregunto, ya puestos ¿porque no a ancianos sacerdotes que al fin y al cabo representarian mejor a los pilares de la iglesia?. Creo que tengo la respuesta, y es que entonces las viciosas mujeres que inducimos al pecado,no comprariamos esos calendarios y entonces... adios al negocio.
¿Que opinara Dios de esto en lo que se ha convertido su iglesia?
Menos mal que aqui uno puede comunicarse con las manos porque se me ha quedado la boca abierta y no sé cuanto tardará en volverse a cerrar. Hay cosas que claman al cielo.
Publicar un comentario