Premios y sentires

Tenía guardados por aquí unos regalos que me hicieron algunas personas, y he decidido que ya era hora de sacarlos al sol de la primavera. En la imagen se puede ver quienes me hicieron el honor, y aprovecho para darles las gracias por regalarme su sentir en forma de “premio” y expresarles mi afecto, pero por si no se aprecia bien son:

m@r: entre mar y cielo ……… poesías y sentires de mujer, que el mar refleja desde su corazón.

Yudith: mios tuyos nuestros ……… Estrella fugaz que atraviesa el firmamento y nos recuerda con su inmensa sensibilidad y creatividad fechas, sucesos, sentimientos... Desde arriba ella viaja y lo ve todo...

Aranzazu: todo es lo mismo ……… Mujer de la tradición en el rescate de sus más pura esencia, rigor, fidelidad, feminidad, guía...

El auténtico regalo, para mí, sois quienes habéis tras vuestras letras, premios o comentarios, personas que como yo sentimos una inquietud de compartir, expresar, romper vergüenzas, esquemas, limites o lo que sea porque nuestro corazón y nuestra alma necesitan expandirse y éste medio también nos lo permite.

Creo que es importante usar la palabra de una forma creativa y creadora, y a muchas personas llegamos solo por nuestras palabras, por nuestras letras, ya que ni siquiera nos conocemos. Pero qué extraña sensación se tiene cuando sientes que algunas de estas personas son ya muy próximas para ti y te acuerdas de ellas en el momento más insospechado. Es algo que me sucede con frecuencia.

Verdaderamente la vida nos demuestra que estamos en un momento en que las referencias están cambiando a una velocidad tremenda, y los límites ampliándose. Lo que ayer era de una manera quizá hoy ya no es igual y no sabemos si lo de hoy será igual mañana. Los parámetros que nos han servido en un pasado empiezan a quedarse cortos, pequeños, inservibles. Vamos hacia algo tan grande que no somos capaces de imaginar cómo puede ser una nueva sociedad en la que el ser humano exprese su verdadero potencial.

Todo lo que hacemos produce en nosotros un movimiento, una transformación, y no sabemos a quién ni de qué manera llegamos con nuestros escritos, pero me gusta pensar que cada palabra mía es mi carta de presentación, quizá la única imagen o referencia que alguien tenga de mí, y quiero ser cuidadoso, riguroso, impecable hasta donde sea capaz para no contentarme con hacerlo de cualquier manera, pues en momentos muy importantes para mí, han sido las palabras de alguien las que me han echado un cable al que cogerme, y quien sabe si en un momento dado, alguien que necesita una luz se podrá coger a las mías, a las nuestras…

Eso, entre otras cosas, me motiva a estar aquí, a leer, a escribir, a compartir lo que hay dentro de mí e ir descubriendo lo que me hacen sentir vuestras palabras. Es un viaje en el que somos compañeros. Quiero saber de vosotros, cómo sois, cómo sentís, qué cosas os importan de verdad, vuestras verdaderas ilusiones… ¿Nos atrevemos?

Y os digo algo sobre mí: me resulta muy difícil ajustarme a las reglas, incluso mi humor es… especial, pues a veces puedo estar serio en los momentos más chorras y decir una parida en un momento trascendente. Las personas que me conocen han acabado por definirme como “distinto”, y lo admito de buena gana, pues antes me llamaban “raro”, y con eso no me identificaba tanto aunque comprendo que para el caso no hay mucha diferencia.

En definitiva, gracias a todos vosotros por haberos convertido en parte mía. Seguiré cada día tratando de poner mi pequeño granito de arena, para que junto a los vuestros se vaya dibujando poco a poco un nuevo paisaje de pensamientos nuevos, sentimientos auténticos y seres que nos atrevamos a apostar por lo que de verdad merece la pena…