Este pequeño poema quiero dedicarselo a todas las mujeres, a las que tienen un amor, a las que todavía no lo han encontrado y a las que creen haberlo perdido, porque el amor, el verdadero amor, no se puede perder nunca pase lo que pase.
Te hablo a través del viento,
que llega hasta ti sin tú saberlo,
y cuando a mí regresa,
cargado con el regalo de tu aroma,
dejo que en mí haga presa
tu presencia, presente, que retorna,
para, de nuevo, volver a ti en tu pensamiento
la suave brisa de mi aroma.
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Te buscaré a través de mis deseos y te desearé a lo largo de mi búsqueda. Te encontraré al amarte y te amaré mientras te encuentro.
El amor nunca se pierde, solo cambia de lugar.
Pero si este florece se buelve en incondicional y eterno.
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