27 septiembre 2007

De las prisas

Hoy se quiere llegar rápido a cualquier lugar, aunque después no se sepa qué hacer. ¿Es el tiempo un fin o un instrumento?
Nos venden, con el beneplácito de nuestros gobiernos, por supuesto, automóviles de muchísimos caballos para circular como el viento por esas carreteras desiertas que se ven en los anuncios, en esos países -supongo- donde no hay policias ni radares esperando a que el conductor le de al motor lo que éste admite. En éste país, donde tenemos ya carnet con puntos, radares fijos y móviles y todo tipo de controles restrictivos siguen vendiendose coches cada vez mas potentes para llegar... ¿antes? a la emboscada.
¿Dónde quedó el tiempo en que las personas se reunían en torno a una mesa para compartir el alimento, no sólo el de la tierra, sino sus presencias, sus inquietudes, sus sentimientos, sus anécdotas...? El tiempo del alimento era un momento compartido que aportaba otros elementos valiosos a quienes lo vivían y les devolvía la energía y el ánimo para poder luego continuar. Estaría bien amplificar nuestra alimentación en este nivel, dejar la televisión para otros momentos y poder expresarnos y compartir sin que nadie le haga un "chisss" a nadie. Y, por supuesto, sentir agradecimiento a Dios, al Cielo o a la vida, simplemente, por tener algo que echarnos a la boca cuando miles de personas no tienen nada que comer. Y es que ya damos por supuesto que lo tenemos y lo tendremos. Es tanta nuestra abundancia que hay que fabricar alimentos "divertidos" para que los niños quieran comer (sic) ¿Dónde dejamos el deleite del tiempo del alimento? Hay que comer deprisa, no tenemos tiempo, comida rápida, alimentos preparados, comida basura (con perdón) para sustituir algo tan sagrado que, sin ello, es imposible mantenerse con vida.
Conducción rápida, comida rápida, trabajo rápido, sexo rápido... ¡Rápido, por favor, que tengo prisa! Tengo que pasar rápidamente a otra cosa, no puedo detenerme en esto por mas tiempo.
¡Oh, el tiempo! ¿Será acaso para ganar tiempo? Y, en tal caso ¿qué hacemos con ese tiempo "ganado"?
¡Qué lejano parece aquel tiempo en el que las personas se deleitaban en el instante! ¿Por qué no disfrutar de cada instante vivido, paladearlo en vez de tragarlo, sentirnos en presente?
¡Ay, si Einstein levantara la cabeza! Por cierto, ¿llevará el tiempo reloj?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si parasemos, y dedicasemos un solo minuto de nuestro valioso tiempo a escuchar a alguien, a dialogar con alguien, posiblemente, nos dariamos cuenta de lo mucho que compensa compartir ese tiempo que antes considerabamos "tiempo perdido".