Vivir cada instante poniendo el alma entera, pues sólo hay ese instante.
Y dejar que la vida viva en nosotros para así poder realmente vivir, confiando siempre en que hay una Fuerza que nos guía, y que al igual que nos creó nos mantiene, cuida de nosotros y nos dirige amorosamente.
Todos hemos sido así, pues todos fuimos bebés que encarnaban esos valores, y todos podemos, si queremos, nacer de nuevo, como dijo el amado Maestro…